Mientras se hace el arroz, en una cacerola con agua hirviendo colocamos los espárragos un minuto y a continuación los sacamos para enfrían en un recipiente con hielo y agua fría. Así quedarán brillantes y crujientes. Troceamos los espárragos en porciones de un centímetro y los incorporamos al risotto, reservando las puntas para decorar.